Que los uruguayos somos dejados, abandonados, vagos y cómodos ya nadie lo duda. Esto en un gran porcentaje.
A fin de año aparecieron muchísimos contenedores incendiados en Montevideo y Canelones, como para que los bomberos tuvieran en que entretenerse.
No se educa al uruguayo a ser limpio y a querer, a nuestro entorno. Hay personas que viven en un ambiente de abandono y no hacen absolutamente nada para revertir el caso. Personas que se quejan que los vecinos en lugar de dejar las bolsas de residuos dentro del contenedor, lo dejan afuera. Otros que siguen sacando las bolsas de basura y no usan los que les dieron en forma individual, que lo usan para otras cosas.
Cuando se rompe un contenedor, es más impuesto para el pueblo, que en definitiva los paga. Pero parece que a algunos no les importa eso.
Después echamos la culpa a la Intendencia, cuando en realidad es el ciudadano común que hace poco y nada para preservar limpio el entorno.
Una persona se quejaba por una emisora de radio que habían aparecido una cocina y un lavarropas en un contenedor. Otro se quejaba que apareció el chasis de un auto. Increíble. Ramas escombros y hasta los más diversos objetos son motivo de depósito, los contenedores que no cumplen con la función que se les asignó, que es el depósito de bolsas de basura.
No tenemos una enseñanza de cultura higiénica en nuestra sociedad. Vemos como los niños compran alfajores o helados y tiran el envoltorio en la vía pública, cuando a su lado van con sus padres. Estos ni se molestan en enseñar a sus hijos, que los papeles hay que tirarlos en los recipientes para esos casos.
Muchas de estas papeleras a veces están a unos cuantos metros del lugar.
Hay una vecina que cuando va para la parada del ómnibus tira las bolsas de basura en la puerta de los vecinos cuando a la vuelta de la esquina hay un contenedor que le queda de camino. Impera la mala fe y la comodidad.
Así creamos una sociedad sucia, abandonada, que los demás hagan las cosas por nosotros o que el gobierno tiene la culpa de todo lo malo que nos pasa. Somos proclives a echar la culpa de todo lo que nos pasa al estado pero nosotros no hacemos nada por ayudar a mejorar.
Montevideo es deplorable la mugre que se ve por las calles, en pleno centro. Eso afecta la imagen turística de una ciudad y así la mayoría de nuestras ciudades y pueblos.
Cuando vemos programas por TV que muestran ciudades de otros países, siempre observamos el ambiente y no se ve un papelito tirado en la calle. Estamos a años luz de esa cultura.
Nos enojamos si alguien nos enrostra que vivimos en el abandono.
Le echamos la culpa al gobierno, que ensucian los ríos con las papeleras que se contaminan nuestros cursos de agua, y vemos familias que van al río, y tiran pañales sucios en las aguas. Si pasa un arroyito cerca de nuestras viviendas, tiramos cuanto desperdicio en sus aguas.
Aprendimos a echarle la culpa al otro, pero no a mejorar individualmente, para formar una sociedad mejor.
Tenemos un hermoso país, donde vienen los más diversos ciudadanos de otros lugares a visitarnos y no hacemos nada por cambiar.
Cada vez son menos los lugares donde pueden ir. Así no vamos a ninguna parte. La mejora del país no pasa solo por sus gobernantes, también pasa por sus ciudadanos.
El estado tiene la obligación de enseñar, pero nos preguntamos ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a aprender?
El dinero que se desperdicia por ser una comunidad sucia, es increíble, cuando se podría ahorrar dinero siendo un poco más limpios.
Cada contenedor cuesta un dineral, que paga Ud. que pago yo. No lo paga el gobierno, lo paga el pueblo con sus aportes. Aparte de acortar su vida útil.
No aprendemos más, hasta en eso somos retrógrados.

A.T.
Compartir