75 años defendiendo la tradición

Siempre es bueno recordad de dónde venimos para proyectar a dónde vamos, por eso
les propongo recordar la historia de esta sociedad criolla que es orgullo e insignia de la
Santa Lucía.
Hablar de Mi Tapera es tener que recordar la figura de un hombre que llego a ser
Patriarca de la Tradición, me refiero a Don Ezequiel Brignoni, que junto a un grupo de
vecinos y amigos soñaron e hicieron realidad esta institución que es referente, que
apadrinó a un gran número de sociedades criollas y nativistas que vieron la luz año
después.
No podemos dejar de nombrar en la importancia que tuvo la amistad de Don Brignoni con
la Sociedad Dr. Elias Regules, con el propio Regules y con su hijo. En 1944 Mi Tapera se
transformó en una realidad, y en una pequeña chacra propiedad de Don Ezequiel
comenzó esta historia que lleva 75 años de defensa y promoción de la tradición nacional.
Según nos comentaba Susana Brignoni, hija del patriarca, después de 1944 el ochenta
por ciento de las sociedades criollas que se formaron tuvieron como padrino a Don
Brignoni, que en su inicios al no contar con sede propia todos los domingos la delegación
partía hacia la criolla de Las Piedras a participar de las peñas que se realizaban lo fines
de semana.
“Recorrimos el país con papá los fines de semana, había criolla y ahí salia papá con el
camión, caballo y el auto, el único departamento que no fuimos fue Artigas”, nos
comentaba Susana Brignoni, que con cariño y orgullo nos cuenta la historia de Mi Tapera,
que es en gran medida la historia de esa familia.
La primer sede que tuvo la institución fue la calle Pecoche y Diego Lamas “Todo lo que
hoy es el Barrio San Carlos era la chacra de mi padre, que tenía el almacén en frente, la
primera vez que bajó un avión en Santa Lucia fue en esa chacra, venia un amigo de papa
de Florida, un barraquero y estanciero”. Nos cuenta Susana con una gran sonrisa.
Años después se logra comprar el predio donde hoy se encuentra, y el dinero que había
era para construir un parrillero grande, cerrado, “Pero después apareció un amigo como
siempre y le presentaron los planos y les dijo no pueden hacer eso tan chiquito, tienen
que hacer algo más grande, y se les fue la mano por ellos tenían pensado hacer la cuarta
parte de lo que salió.” esa obras se inauguraron en diciembre de 1982 y se le hace un
gran homenaje a Ezequiel Brignoni.
Hoy Mi Tapera continua con la misión de mantener vivo el legado que recibió de esa
figura tan particular, los encuentra casi finalizando el año en reformas gracias al dinero
que recibió la institución por la expropiación de parte del terreno por donde pasará el
nuevo trazado de la vía férrea para el denominado proyecto Ferrocarril central.
Siempre hay mucho para hacer, mantener todo lo que hoy tiene la institución no es fácil y
siempre hay también nuevos proyectos, otros que están un poco demorados pero lo que
nunca falta son ganas, porque no podemos negar que esta historia no ha llegado a su fin,
estos son los primeros jóvenes 75 años.

Enzo De León

Compartir