Una idea de Alfredo Valdez Rodríguez

Suplemento de EL Pueblo,  Acto Primero:   Las marionetas, con un poco más de 50 centímetros de altura, tienen chaquetas de color rojo oscuro con botones de plata, llevan espadín y una peluca empolvada muy sencilla, calzan escarpines con hebillas.

Ahora no me conocés
En dónde estamos?


Ahora no me conocès de la edición anterior
Paso..reconozco esas caras…no recuerdo nombres…(Susana López)
Guierrez?, Da Rosa, Adhemar Madriaga, Pedraja y el Macoco (José pepe Torres)
A esta barra la tengo en la memoría a casi todos.
En la foto: José Gutierrez, Daniel Da Rosa, Adhemar Madriaga, William Pedraja y Emilio Macoco Airaudo. Se juntaban en la plaza, es más, te diré que el banco que estaba frente al BPS a determinada hora era de su propiedad, nadie se sentaba ahí porque se sabía que ellos se juntaban allí. Era un reconocimiento tácito, natural y no una imposición de ellos y eso a mi me parecía genial. (Ruben Rodriguez)

 

Daniel Da Rosa
Serie Mínima
Dejé el saxofón sobre la cama. Tomé el celular y la llamé. No me contestó. Bajé por la escalera de caracol y fui hasta la cocina. Allí me comí un trozo de torta helada sentado en mi banqueta frente a la ventana. El día iluminaba a los robles y parecían brillar como nunca antes. Una horda de pájaros cruzó el cielo pero sin rasgarlo. Parecía una tarde tranquila pero se oía muy lejos la sirena de un vehículo. Subí a la habitación. Tomé el celular y la llamé. Seguía sin contestarme. Apagué el aparato y tomé el saxofón. Por la ventana del dormitorio se podía ver una lluvia intensa. Los robles se doblegaban ante el viento furioso y el cielo era un mar revuelto.

 

El Maestro Enrique Ilera
Contraindicaciones
Yo no digo que todos los días, pero si muy a menudo las paredes se llenan de plantas trepadoras y desde ellas las alimañas empiezan a arrojarme tazas de gofio y bisagras herrumbradas, sin reparar lo mucho que afectan mi aparato digestivo y mis reumáticas articulaciones.
Para colmo muchas veces me arrojan el gofio con taza y todo, atentando así sin aprangón a los derechos humanos y a la ubicación geográfica de las cosas.
Cuando puedo cazo un bizcocho por la cola y si no fuese porque chillan y piden perdón, los estrellaría contra la silla de tomar mate para que aprendieran a no ser alimañas entrometidas.
– A mí no me vengan con remordimiento ni ayes plañideros, ¡ Solo el espantajo de sus presencias me enloquece!- les bramaba en las raíces y en los oídos.
Las alimañas distan mucho de se una especie en extinción y por lo menos en Rabo Corto deambulan a su antojo.
Cabe destacar también que las margaritas no florecen sobre la cama ni las lombrices usan sombrero, así que todo debe de ser obra de los psicofármacos con caña.

 

La Madriguera presenta
Elogio de lo breve
Los microrrelatos de Ana María Shua (Buenos Aires, 22 de abril de 1951) publicados en La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del caos, Temporada de fantasmas y Fenómenos de circo, fueron reunidos en el volumen Todos los universos posibles (Emecé).. Publicamos aquí 1 microrrelato incluido en el libro:
«Excesos de pasión»
Nos amamos frenéticamente fundiendo nuestros cuerpos en uno. Solo nuestros documentos de identidad prueban ahora que alguna vez fuimos dos y aun así enfrentamos dificultades: la planilla de impuestos, los parientes, la incómoda circunstancia de que nuestros gustos no coinciden tanto como creíamos.
La Madriguera ( 1 año!) Rivera 478 , un sitio robado al Paraíso.

 

 

Omar Adi
No hay nadie en el mundo más humilde que yo
Me tiene cansado la vanidad.
Me tiene cansado la soberbia.
Me tienen cansado los gestos cariacontecidos que quieren ser trascendentes.
Me tienen cansado los discursos que nos dicen cómo debe ser el mundo.
Me tiene cansado la manipulación del otro.
Me tiene cansado la mentira emocional.
Me tiene cansado el mal de hybris de algunos (que vayan a un psicólogo, caramba)
Me tiene cansado la falta de empatía, el irrespeto al otro.
Me tiene cansado la falta de humildad.
Si fuera cierta, la frase del título resumiría la autoevaluación de muchos soberbios: «no hay nadie en el mundo más humilde que yo».
En un foro determinado (no es necesario dar detalles) el orador era un connotado líder muy pagado de sí mismo. Cuando promediaba su discurso la señora de un amigo, sentada en nuestra mesa, nos dijo:
-Van dieciocho.
-¿Dieciocho qué? -preguntamos.
-Dieciocho veces que dice YO.
Escuchen bien y van a ver cómo se extiende en determinados círculo de poder este síntoma, demostrativo de que todo comienza y termina en el propio ombligo de quien habla. Lleno de pelusa el ombligo.
Uno, desde este banquito abajo del sauce, les pide a ustedes que evitemos a toda costa ser el centro de nuestro propio círculo, que debemos vencer nuestro propio egoísmo para sentirnos solidarios de la sociedad en que vivimos.
Suena engolado, pero es así. No hay otra.
Sabemos que se ha construido una sociedad en la que se proyecta al individuo por todas partes, en constantes proyecciones de uno mismo.
Pero, precisamente, los tipos pensantes debemos elevarnos sobre nosotros mismos y mirar a los otros.
El otro es el asunto. Pensar en el otro.
Hay un hecho sintomático en ciertos foros: la selfie de sí mismo…
El tipo da una charla ante cien personas y luego publica en las redes sociales no la foto de las cien personas sino…la foto de sí mismo!
Para el hombre elevado no existe el Yo; para el hombre interior no existe el mérito; para el hombre virtuoso no existe la fama, sentenciaba aquel viejo sabio chino LaoTsé.
La fama en los casos que padecemos no es tal, es apenas un ansia voraz de reconocimiento, una menor ventanita (siempre tapiada) a una supuesta posteridad, al busto de bronce que jamás será construido.
Alguien decía de uno de esos tipos que «tienden» al bronce: ese es uno de los que en todo velorio quiere ser el muerto.
En un mundo en el que predomina el individualismo egoísta y las metas parciales, no hay otro camino que potenciar la conciencia.
Porque en realidad ese ego amenazante no se opone a aprender a pensar en uno mismo. El autoconocimiento es la llave para ser mejores cada día y nada más alejado a la verdad que pensar en uno mismo sea síntoma de egoísmo y vanidad.
El yo sano no es el ego enfermo.
Erich Fromm decía que sólo el yo individual plenamente desarrollado puede desprenderse del ego.
Miren el verbo: deprenderse. Fromm se desprendió oportunamente de Marcuse y Adorno e hizo muy bien, pero esa es otra historia que daría para otra reflexioncita de éstas.
Lo que intentamos compartir con ustedes ahora es que es imperioso desprendernos de ese ego que nos hace creernos lo que no somos.
No demos lástima. Creemos que nuestro ombligo es el brillante centro del mundo, pero siempre tiene pelusa. Y a veces pelusa vieja, maloliente.
Hay gente lúcida que nos mira.
Por ejemplo nuestros hijos, por si no nos habíamos dado cuenta.

 

Diego Bengoa / Pepe Sacapuntas.
Y sigo
entregando
«Distinguido público que viaje en este colectivo gráfico de la emoción, la risa y la ternura. Tengan Ustedes muy, pero muy buenas tardes.
Editorial Doble Clic ha puesto a la venta el libro del escritor de vanguardia Diego Bengoa. Una verdadera joya que Usted no puede, no debe dejar de leer.
Se trata de su creación; Cuentos Crónicos. Imperdible. Un verdadero vuelo en diferentes estilos literarios desde el realismo francés, pasando por el mágico y haciendo escala en el misterio del aeropuerto «Horacio Quiroga».
-¡Si caballero, el de la mano alzada…ya se lo entrego!
Por lo que vale un kilito y algo de asado, por la mitad de un escocés y menos de unos buenos coloretes y rímel, usted podrá conocer; ciudadanos de a pie y de a caballo, prostitutas, asesinos, cobras, cazadores, diplomáticos, osos salvajes, detectives y muchos más. Siempre viajando en esta aerolínea mágica conociendo lugares de ensueño como París, Nueva York, Alaska y hasta la India.
Hoy, por ser una propaganda comercial, y a entera revisación del pasaje santalucense estoy entregando un ejemplar del libro por una suma irrisoria.
Si da hasta vergüenza -en esta prosa colectivera- decir lo que cuesta este boleto al desenchufe y desachate diario. Pero además, si van a la librería y le dicen a la Sra. que vienen de parte de Pepe Sacapuntas, les va a cobrar lo mismo. Pero de yapa, les obsequiará una sonrisa de la casa. Recién horneada. Bien casera. Como las que se hacen en esta ciudad de gente auténtica.
-Si, Señora, ¡ya se lo entrego! y no me guiñe el ojo que estoy trabajando. No mezclemos los tantos, después le paso mi celular.
¡Señores… Señoras, ustedes no se pueden perder este decomiso de la Aduana mental de su creador! No se hagan los distraídos como político citado a declarar en el juzgado penal.
Este libro no debe faltar ni afectar la cartera de la dama o el bolsillo del caballero. Así que a meter suela, vayan ya a la librería que se agota.»
Y sigo entregando.

Cuentos crónicos. Editorial Dobleclick
Diciembre 9 de diciembre , hora 18,
el autor en La Madriguera, Rivera 478.

 

 

La ironía le enseña a no tomarse demasiado en serio sus eventuales y pequeñas victorias, pero tampoco sus frecuentes fracasos y los triunfos de la nada.CM

 

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