POR SER LINDO, CERCA DE TODO Y TENER COMPAÑERISMO ENTRE ACAMPANTES, VOLVIÓ A SER ELEGIDO POR MUCHAS FAMILIAS

Willy, músico montevideano, dice ser un enamorado de Santa Lucía, donde hizo amigos. Agrega que pernoctar en este camping es rodearse de una familia grande. Señala, sin embargo, que a veces hay controles nocturnos que no se cumplen, por lo que se necesitaría algo más de seguridad, para que las  familias   acampantes se sientan más protegidas. Agregó que podría haber  habido -al menos para esta semana- un baño químico, por ser un terreno muy grande el que ocupa el  camping. Tanto es el amor de Willy por Santa Lucía, que ofrece su oficio de músico para lo que se necesite ya que es un agradecido por la hospitalidad de esta comunidad y por su amistad con artistas y artesanos locales, como Aníbal Jorge.
Rosana, acostumbra visitar distintos camping y este año en su primera vez, aquí dijo que desde ahora volverá siempre. Agregó que estar rodeados de naturaleza, pero en una ciudad, lo hace diferente, por tener el centro cerca para poder comprar, pero sobre todo notó compañerismo en la gente que acampa, la que en su mayoría se conoce. Sin embargo, manifestó no poder dejar las carpas solas por la inseguridad; algo que se debería cumplir al dejar sus propios documentos en la portería.
También varios de los niños nos indicaron que les gusta la placita que está cerca, las hamacas y nos mostraron orgullosos mojarritas que ellos pudieron pescar y que iban a cocinar.
Mónica, hace algunos años que no venía, pero este turismo decidió  hacerlo con su familia. Si bien le da un pulgar para arriba, le parece una limitante muy grande la falta de luz en la parcela, por lo que coincide en replantear pagar algo más, pero obtener ese servicio, como ocurre en otros camping del país.
En uno de esos campamentos, entre mates y música, encontramos a Sergio, extremeño llegado de España, enamorado de una uruguaya, decidió quedarse en estas tierras. Campista hace más de treinta años en su tierra y luego de visitar algunos en Uruguay, el de Santa Lucía lo enamoró. Preguntado sobre qué le hace falta para mejorar, sería algo más de seguridad, como luz para su tienda  como ayuda para cuidarse más entre carpas vecinas, en un lugar donde también encontró mucho compañerismo. Consultado Sergio  sobre cómo ve la margen del río Santa Lucía, indicó que todo lo naturalmente hermoso que ha visto, la mayoría de la gente se empeña en dañarlo, no recogiendo su basura tirada, lo que luego es diseminada por perros hambrientos, que también ha visto muchos.
Blanca, hace treinta y un años que viene. Reitera que aquí se disfruta mucho y con poca plata y se ve que la gente se va pero viene más. Destacó que se vive un lindo ambiente de compañerismo entre los acampantes, con baños impecables, aunque faltaría luz en las parcelas y más seguridad en la noche, ya que por un hueco del tejido entraron extraños al camping.
Walter dijo que al pasar por la ruta le había gustado, decidió llegar y le gustó el lugar, el compañerismo, se tiene todo cerca, con precios normales, pero le parece indispensable colocar luz en las parcelas. Alexander, el nieto de Walter, también dijo que este camping le gustó mucho por tranquilo y por ese compañerismo que se puede notar, con el gran plus del río cerca y que da para desconectarse un poco de la rutina.
Entre estos testimonios encontramos a Carlos Blanco, que a sus 80 años, cocina para su prole en el fogón, confirma que hace más de 40 años viene al camping de Santa Lucía porque le gusta esta  ciudad, a la que ahora viene con sus nietos, a los que les gusta pescar. Don Carlos también percibe que lo que falla es la gente que no sabe o no quiere cuidar lo que tiene.
Los acampantes con los que conversamos coinciden en una convivencia  muy buena, como así la atención de los funcionarios y el servicio de higiene. Pero sin embargo, manifiestan que todavía hay personas que no cuidan, no usan recipientes para la basura, como tampoco cuidan los baños que los funcionarios tratan de mantener en buen estado.
También observan que si bien dentro del camping se respeta el descanso de la gente, hay jóvenes que se instalan alrededor en sus autos, suben mucho la música y realmente molestan, lo que   estiman podría ser sancionado.
Robert Buriano, funcionario del camping, indicó que se comenzó con mal tiempo y muchos acampantes que venían con niños se retiraron por las alertas de viento. Sin embargo, a partir del miércoles el clima cambió y comenzaron a llegar nuevas familias a acampar, siendo el jueves el día en el que llegaron más; en total fueron 45 campamentos en esta semana.
Buriano coincide en que hay familias que hace incluso más de treinta años que vienen al camping de Santa Lucía en turismo.
Coincidió que el reclamo común sigue siendo luz en las parcelas y mejorar  la seguridad, la que no tiene la misma vigilancia que se brindó hasta el 28 de febrero con el Verano Azul, con guardia policial permanente. Actualmente solo se cuenta con la guardia  de dos funcionarios desde las 18.00 a las 06.00 de la mañana.
En cuanto al cercado perimetral, como se sabe, la inundación del año pasado quebró 42 columnas, destrozando el tejido, luego de lo cual se hizo a cero con columnas nuevas, pero hace unos días, en una madrugada de agua y viento, lamentablemente fueron robados del fondo alrededor de 30 metros del nuevo tejido malla colocado recientemente.
Se realizó la denuncia a la Policía del faltante de una bicicleta de una señora que viene de Progreso hace muchos años, la que al descompensarse fue atendida con prontitud ya que el camping cuenta con la cobertura de Semic.
Buriano afirma que los acampantes le comentan que pasaron bien, aunque siempre puede surgir que a alguien le haya pasado algo, pero que generalmente la gente se va conforme.
Subrayó que siempre los funcionarios del camping tratan de darle una solución al acampante.
Si bien la época más propicia para acampar ya esta terminando, se afirma que el Cristóbal Colón permanecerá abierto todo el año porque en los fines de semana de buen tiempo hay casas rodantes que llegan, como así gente que viene a pasar el día y usa los parrilleros.
Como es costumbre, es estricta la presentación del documento de identidad, no solo por seguridad, también para cumplir con los servicios que brinda la cobertura de salud del camping.

Y.S.
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