Después de largos 47 años, el fútbol de Canelones vuelve hacer el monarca del interior del país.
Los dirigidos por el cuerpo técnico liderado por el técnico Paolo Parolin, se consagraron -por tercera vez- campeones del interior.
Un Estadio Eduardo Martínez Monegal repleto fue testigo, en la fría noche otoñal, pero esto pasó desapercibido por las más de 3000 personas que acompañaron la obtención del máximo lauro del fútbol chacarero, ante el linajudo seleccionado de Tacuarembó.
Ya hemos hablado del por qué de esta fenomenal campaña azulgrana, pero evidentemente aún queda para seguir profundizando en próximas ediciones.
En cuanto al encuentro final en sí, Tacuarembó salió con la iniciativa ofensivamente, ante una Selección de Canelones que, tal cual ha sido su característica, no se guardó nada, y también le propuso a la visita, que era quién tenía la gran urgencia de retirarse victorioso en los noventa reglamentarios.
Y es la visita quién genera la primera incidencia de riesgo, a los 18` del tiempo inicial. Siqueira ingresa solo, con balón dominado, sobre la derecha del ataque, sacando un fuerte disparo al palo del arquero, que loga rechazar, pero la pelota deriva hacia el arco y Vidal -en salvada providencial- despeja al córner. En la recarga, luego de la ejecución del mismo, Gallardo -que fue un problema insolusionable para la retaguardia visitante- se va en contragolpe por derecha y se pierde la chancee de abrir el marcador.
A los 29` explota el Monegal, se comenzaba a acariciar la ansiada copa. Nuevamente Gallardo, como otras tantas veces, encara por derecha y envía un centro rastrero al corazón del área de Tacuarembó. El lateral, Trasante, que acompañaba la incidencia, con toque corto, logra convertir el 1 a 0 parcial, que le daba respiro y tranquilidad a los dirigidos por Parolín, al tiempo que le acrecentaba los nervios y la responsabilidad a Tacuarembó. Un equipo visitante que, luego de aquella aislada incidencia a los 18`, solo inquietó con dos fuertes remates muy bien dirigidos de larga distancia; el primero lo controló muy bien el arquero Olivera y el segundo se fue apenas desviado sobre el ángulo superior derecho.
Se podría decir que fue demasiado poco lo hecho por un equipo que veía cómo, lentamente, se le escapaba el Campeonato. El hecho es que Canelones, a pesar de haber retrasado algo sus líneas sobre su campo defensivo, realmente no le brindó espacios para maniobrar o generar con claridad al visitante. Es más, lo ofendió con profundidad y decisión, cada vez que se le presentó la oportunidad.
Gallardo era el abanderado de la ofensiva local. Tal es así que el técnico visitante, a los 32`de juego, se vio obligado a realizar la primera variante defensiva, sustituyendo al lateral izquierdo por otro con más marca y aplicación. El delantero ni se enteró; siguió haciendo de las suyas, para el deleite de la llamada tribuna larga. Una y otra vez, encaró por fuera, lo hizo por dentro. También Quatrini, que estuvo más aplicado a la marca, subió con criterio por izquierda. Irazoqui, muy controlado, los mantenía a raya, siendo cartón ligador, por la vía del foul. Era previsible, ya que en el partido de ida los marcó a fuego con los tres goles que les anotó en su propia casa. Se va el tiempo inicial con media copa debajo del brazo.
Para el inicio del tiempo final, ambas escuadras ingresan con las mismas alineaciones con las que culminaron los primeros cuarenta y cinco minutos.Como era de esperar, Tacuarembó adelantó peligrosamente sus líneas en el campo; salió a pelear cada metro del terreno, al igual que por algunos pasajes del tiempo inicial, lo hizo con vehemencia a la hora de marcar. A medida que se iban los minutos, lo llevaron a cometer algunos excesos. Sobre los 55` hay una dura falta sobre Banuchi, que queda lesionado sobre la raya de cal. Trasante, que seguía la incidencia, arremete sobre el hombre visitante, también reacciona Siqueira. Solución: los dos se van temprano hacía los vestuarios, luego de ver el cartón rojo del árbitro Sotelo.
Canelones controló la pelota y el terreno; dejó venir a Tacuarembó sobre su campo, para luego, por la vía del contragolpe y ya con Guerra y Cáceres en el campo, fundamentalmente con Guerra, sacar varios contragolpes donde bien pudo liquidar el pleito mucho antes. Se perdieron varias oportunidades, ante un Tacuarembó que el único argumento que encontró en los 30` finales fue apelar al centro para el grandote García, que ganaba por arriba, peinando varios balones para ver si algún compañero quedaba mano a mano con Olivera. Pero sus compañeros no entendieron la idea del técnico visitante, y si bien la pelota llegó muchas veces por la vía área al área local, el equipo que siempre estuvo más cerca de convertir un nuevo gol fue el local.
Se llega al final con las tribunas que habían respetado a su rival, al grito de dale Campeón. Tras el pitazo de Sotelo, el grito que estuvo contenido por 47 años se sintió en todo Canelones, porque Paolo y sus muchachos lograban algo que varias generaciones aún no habían visto, CANELONES CAMPEÓN DEL INTERIOR EN MAYORES.
ASÍ LO VIERON LOS DIFERENTES PROTAGONISTAS
Trasante, autor del gol del triunfo, en pleno festejo.
(Foto: Canelones Azulgrana)
Matías Trasante, autor del gol del triunfo que le dio el título a Canelones.
E. P. – Felicitaciones.
M. Trasante – Muchas gracias, estamos muy felices.
E. P. – ¿Has tenido tiempo de pensar lo que se ha logrado?
M. Trasante – Realmente no, es muy temprano para despertarse de esta hermosa realidad; de todas maneras somos conscientes del trabajo que hicimos, ahí los muchachos están gritando somos campeones del interior, así que vamos a festejar al máximo.
E. P. – Después de 46 años.
M. Trasante – Creo que eso le da más realce al triunfo.
E. P. – Contanos el gol.
M. Trasante – Hago un desborde, descargo para Gallardo, que invadía por fuera, yo me cruzo al medio y cuando envía el centro solo tengo que tocarla al fondo de la red.
E. P. – ¿Que sentiste en el momento de la expulsión?
M. Trasante – Muy mal, porque no quería dejar al equipo con un hombre menos, en un memento trascendente del partido, creo que el juez se equivoca.
E. P. – Se están acostumbrando a jugar finales del interior.
M. Trasante – Por suerte si; tres finales, porque tuvimos la del Sur también, con Wanderers no pudimos lograrla, pero hoy tuvimos la revancha.
Rodrigo Irazoqui, integrante de la dupla técnica Campeón Nacional con la Selección Sub 15 y ahora con la Selección Mayor.
E. P. – ¿Va cayendo la ficha?
R. Irazoqui – Contento por lo que conseguimos, una felicidad enorme por haber obtenido el título máximo a nivel del interior, que era a lo que aspirábamos.
E. P. – Este año lograste un bis.
R. Irazoqui – Por suerte, este año salimos dos veces Campeón del Interior, primero con la Selección Sub 15, ahora con la Mayor y no es cosa de todos los días, además logramos por primera vez en la historia la Copa Internacional con la Sub 15 ante Paraguay, por lo que tenemos una felicidad tremenda.
E. P. – Estuviste a punto de ganar una tercera.
R. Irazoqui – También, se nos escapo por poco con Wanderers, pero fuimos siempre para adelante, con mucho optimismo y convencimiento, de que el trabajo honesto y constante a la larga siempre tiene su premio.
E. P. – El poder de convencimiento, como muy bien lo decís, es algo que este cuerpo técnico le ha inculcado al plantel, de que se puede, jugando al fútbol cómo lo demostró Canelones.
R. Irazoqui – Sin lugar a dudas, esa ha sido una de las grandes virtudes de nosotros como cuerpo técnico, convencer a los jugadores de que todo es posible, con trabajo, con actitud, con inteligencia, hablando sobre hechos reales y alcanzables, que con el correr del tiempo se iban demostrando y sucediendo con el pasar de los días, el objetivo máximo estaba al final del camino, fuimos recorriendo paso a paso disfrutando de los momentos con mucha responsabilidad y nos encontramos con el premio y la recompensa merecida.
Festejo en familia. El goleador, Joaquín Irazoqui; Rodrigo Irazoqui, integrante de la dupla técnica
y su madre, Isabella Rossa.
(Foto: Canelones Azulgrana)
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