Con la organización de La Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay, junto al Centro Comercial de Santa Lucía, se realizó ante un buen marco de público la conferencia: «Por el Uruguay que soñamos. Desarrollo Económico y Educación, compromiso de Todos» a cargo del Dr. Ernesto Talvi.
Talvi es Director de la Iniciativa Brookings Global-CERES para América Latina, Brookings Institution; Director Académico de CERES (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social)
Este es el diálogo que obtuvo EL PUEBLO antes de la conferencia.
-Su visita a Santa Lucía está comprendida en estos «Encuentro Ciudadanos», como viene realizando por diferentes puntos del país.
Hace un año que estamos recorriendo localidades del país para compartir estos encuentros con los ciudadanos, nuestra visión del país, nuestro sueño y las propuestas que a lo largo de los años hemos generado para apuntalar ese sueño en materia de educación, rehabilitación de menores infractores y en materia económica. Todo desde fuera de las estructuras partidarias, gubernamentales, algo bastante usual en el mundo desarrollado, más inusual en los países emergentes como el nuestro, que la comunidad académica comprometida con la cuestión pública elabore propuestas de gobierno para animar el debate y eventualmente que se tomen las mejores decisiones.
-Antes de cada conferencia, realiza una recorrida para tener una visión real de cada localidad.
Sí, por cada lugar al que vamos, previo a la presentación que hacemos y la conversación que entablamos con los ciudadanos, visitamos todo, escuelas, liceos, hospitales, también empresas, quienes son los principales empleadores, en caso de que los haya, por los asentamientos, para hablar con las familias, al igual en caso de cárceles, para hablar con los jóvenes. De esta forma nos hacemos una buena idea de lo que es el tejido social, económico, cultural de la localidad, antes de esa conversación con la gente del lugar, como en este caso aquí en Santa Lucía.
-¿Qué percepción se lleva de nuestra ciudad?
Me encontré con una ciudad preciosa, limpia, que es poco usual para un montevideano decir que una ciudad esté cuidadala Casa de la Cultura de acá es preciosa, que suma en una ciudad con lugares pintorescos, como también algunos emprendimientos. Pero sobre todo, esta comunidad tiene una sensación de contacto humano, eso es lo que uno se lleva, parece que para la gente de aquí no somos cosas, somos seres humanos que nos miramos a los ojos y nos relacionamos. La verdad yo estoy con todo el equipo muy agradecido por una hospitalidad fuera de lo común, nos vamos felices de haber venido y por la forma en que nos recibieron. Esta Santa Lucía es una ciudad como en algún momento Montevideo los supo ser, hasta que la fragmentación social la transformó en un conjunto de islotes que se miran de reojo, tratando de no tocarse el uno al otro, que hay que terminar. De lo que nos hemos enorgullecido los uruguayos es de tener un pueblo educado, de tener una sociedad integrada que coexistían en armonía, eso se puede recuperar, no va a ser de hoy para mañana pero se puede empezar a recuperar hoy.
-Esta es una pequeña ciudad en plena zona metropolitana, cerca del puerto, del aeropuerto, quizás habría que incentivar oportunidades gracias a esa cercanía.
Puede ser que falten oportunidades y estar cerca de todo en ese sentido económico, pero lejos en el afecto, la cordialidad y la tranquilidad, todo eso que se respira cuando uno viene a esta ciudad de Santa Lucía. Claro que siempre se busca que los jóvenes tengan trabajo, pero primero tienen que educarse, porque hoy, si no se educan, la sociedad de hoy ofrece muy pocas oportunidades para quien no está preparado. La sociedad del conocimiento busca gente con talentos, porque hoy en el trabajo, aparentemente más inofensivo, uno tiene que tener ciertas destrezas para manejarse con cosas muy básicas de la tecnología.
– En tiempo además de cambios permanentes para sobrevivir, cuando por ejemplo se habla de futuras economías colaborativas.
Además se viene todo eso, porque todo lo que se viene es muy lindo, es un gran desafío, y la única manera de enfrentarlo es estar preparado y que los chiquilines tengan adentro de su cabecita lo que necesitan para poderse defender en la vida.
– Pero además, hay otro gran desafío para enfrentar en un país que va extendiendo cada vez más la edad del retiro laboral y todos tendremos que irnos preparando.
Sí, indudablemente es un gran desafío para varias generaciones, estamos de acuerdo, pero en este momento nos corresponde a nosotros, que somos los adultos, primero encaminar a lo más jóvenes, después trataremos de ver si nos acomodamos nosotros también y adaptarnos a esos cambios.
– Usted se propone conocer ese entramado social y tratar de llevar las inquietudes de la gente hacia el poder, una labor difícil.
Es una labor difícil pero creemos que indispensable. Nosotros tenemos una democracia madura, vibrante, entonces hay que usarla porque en estas democracias los ciudadanos tienen mucho poder. Si logramos convencer, concientizar a los ciudadanos de que hay ciertas cosas que ya no podemos postergar más si es que queremos recuperar y recomponer el tejido social, que está brutalmente fracturado. Entonces, tenemos que hacer esta tarea de ir lugar por lugar, barrio por barrio en Montevideo, tratando de que los ciudadanos tomen conciencia y organizando formas de que podamos movilizar la opinión siempre por los canales cívicos y republicanos, para que el liderazgo político sienta de que los ciudadanos quieren que ciertas cosas se hagan. En particular lo que tiene que ver con lo que hablamos en cada lugar, como aquí en Santa Lucía, fundamentalmente la transformación del modelo de gestión educativa en los contextos vulnerables, para darle a los jóvenes que ahí viven, que hoy no tienen futuro y no tienen esperanza, un futuro posible en el marco de un trabajo digno, que les permita reinsertarse en la sociedad.
-En estos encuentros usted habla de mejorar la gestión de los liceos y pone el ejemplo del Plan Ceibal.
Estamos proponiendo 136 nuevos liceos, uno en cada uno de los barrios vulnerables del país donde tenemos niveles de deserción altísimo, donde sólo 2 de cada 10 terminan el liceo, en Santa Lucía 3 de cada 10 y en los más vulnerables aun baja más. Serían 136 liceos con un modelo de gestión muy distinta, de 10 horas, clases los sábados, liceos de verano con tutorías individualizadas, con los chicos que tienen problemas de conducta o de aprendizaje. En estos liceos se les da de desayunar, almorzar, merendar, con chequeos físicos, odontológicos, oftalmológicos, sicológicos, donde hay un director que tiene autonomía para gestionar la cuestión pedagógica y curricular, pero también es un proyecto de contención de estos jóvenes y sus familias. Además de integrar un equipo docente coherente, comprometido con el proyecto, que configure y conforme una comunidad educativa con un montón de especifidades, que su gestión sea compleja para que la ANEP la pueda hacer con la estructura normativa vigente. Por todo eso es que proponemos desde una plataforma más sensible y que hay, tiene experiencia en el área educativa como el Plan Ceibal, incluso regionalizando la actividad del Ceibal para que todo esto sea en coordinación con las intendencias. Este tipo de proyecto requiere un monitoreo gubernamental de cercanía, no de una oficina burocrática desde Montevideo. Este es un proyecto integral, el de crear un red de liceos Ceibal paralela a la de ANEP, que las familias decidan dónde mandan a sus hijos, y si es como yo pienso, que los liceos Ceibal tienen éxito, seguramente termine pasando que los dos modelos logren parecerse.
-Hay una realidad que nos marca en estos ciclos liceales, son muy largos para la necesidad de ingresar al mercado laboral.
Pero es que tenemos bachilleratos tecnológicos, el problema que estamos teniendo es así de simple, con bachilleratos tecnológicos diversificados a nivel del país, sólo 4 de cada 10 terminan el liceo. Solo un 50% de los que terminan, no reúnen las destrezas mínimas para insertarse productivamente en la vida laboral y en la sociedad del conocimiento. Aunque terminen, no le estamos ofreciendo las competencias necesarias para poder insertarse en el mundo laboral, después nos sorprendemos que haya mucha informalidad. Nos sorprendemos que la gente termine dependiendo de las trasferencias del Estado o nos sorprendemos que muchos jóvenes que no se pueden insertar fácilmente en el mundo laboral elijan el delito como forma de vida y que las narcomafias se transformen en empleadores atractivos. Tenemos una propuesta educativa amplia, pero no estamos logrando el objetivo central, que los chicos entren y se queden en el sistema y que aprendan en el sistema. Después, que el mercado les dé la oportunidad, y si no, nos va a pasar como en otras épocas, que si preparamos a nuestros jóvenes bien y no tienen oportunidades acá, se irán, pero peor es que no tengan oportunidades ni acá ni en ninguna parte del mundo.
-¿La educación en nuestro país debería releerse, tomarse con otros criterios?
Que estamos teniendo un fracaso en la parte educativa y en particular en donde más se necesita, no hay dudas, hay que ver lo que está detrás de las escuelas, fragmentación social, escuelas de delito, violencia y droga. Si no resolvemos el problema desde su raíz, entonces cuántas cárceles tenemos que construir, cuántas alarmas, alambrados eléctricos, rejas, tendremos que construir y nunca resolveremos el verdadero problema social.
– Propone además, crear centros modelo de rehabilitación para esos adolescentes que ya han infringido la ley.
Sí, son centros de rehabilitación modelo, que los hay, no estamos hablando acá de teoría, hablamos de cosas concretas que se han hecho en el mundo, en algunos casos también acá y que han tenido éxito. Sacar a los chicos de contextos vulnerables y darles una oportunidad de tener un trabajo digno, y en el caso de los que ya han caído en el delito, rehabilitarlos para reinsertarlos dignamente en la vida de la sociedad.
-¿No está de acuerdo cómo está trabajando el Sistema de Rehabilitación Penal Adolescente?
Es que estamos gastando un montón de dinero en un sistema que manda a estos jóvenes a infiernos humanos, de donde ellos salen, en lugar de tener centros de rehabilitación modelo, que cuestan menos plata, que son posibles en Uruguay y donde ya hay experiencias extraordinarias en el mundo. Pregunto: ¿si la vacuna contra el cáncer existe, por qué no la estamos administrando?, y queremos que los ciudadanos tomen conciencia de que la vacuna existe, de que las soluciones están, de que son factibles, de que son financiables, que han tenido éxito donde se probaron, pero nosotros no estamos haciendo nada al respecto, permanecemos de brazos cruzados. Llegó la hora de pedirles a nuestros líderes de que tomen cartas en el asunto y que hagan lo que deben hacer, que es asumir la responsabilidad frente a un problema demasiado común y que es muy serio.
– Uruguay tiene un gran problema que es la gran politización que se hace de todo.
Puede ser, yo creo que a veces no es la politización, es el hecho de que a veces los equilibrios políticos son complejos. En el partido de gobierno coexisten dos visiones muy distintas de la educación, de la economía, y a veces, para poder acordar, se renuncia a hacer ciertas cosas para conseguir otras. Mi sensación es que se renunció a hacer reformas de fondo en la educación para comprar buena voluntad en otras dimensiones que el gobierno precisa. Estoy seguro de que si miráramos así en el espectro, un 75% del sistema político estaría de acuerdo en lo que vamos a proponer, también aquí en Santa Lucía. Creo que si los ciudadanos tomamos un poquito de protagonismo, quizás tengamos la suerte de que estas ideas lleguen al poder y que puedan transformarse en decisiones más justas para todos.
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