En vilo

Este pueblo costeño conoce de crecidas y corridas y por supuesto remar,
pero cada una es diferente, más aun teniendo en cuenta los cambios del
cauce por las obras del nuevo puente.
La de este fin de semana tuvo una gran embestida en la noche y madrugada
del lunes 17.
Desde el principio, el Municipio de Santa Lucía activó como comité local
de emergencia al excomedor por la calle A, Legnani y Suárez, donde se
lleva el control para los pedidos de ayuda, como para donaciones y
voluntarios.
De inmediato fueron puestos a disposición los teléfonos del e comedor
43347748, el del corralón municipal 43349444 para camiones y cuadrilla.
Las primeras familias evacuadas fueron llegando al local del excomedor y
a medida que las aguas avanzaban el alcalde y concejales autorizaron al
Gimnasio Juan 23.
Al cierre de nuestra edición el lunes a media tarde, aun con amenazas de
más precipitaciones, continuaba en gran medida la crecida del río, faltando
grandes volúmenes desde Lavalleja y Florida. Por lo tanto, el número de
evacuados, que ya rondaban los 100, tanto en el excomedor como en el
Gimnasio Juan XXIII, van variando en alza.
Los autoevacuados asistidos por el municipio con desayuno, almuerzo y
cena, también ya superaban los 100, algunos en la sede del Sunca y la
mayoría en casa de familiares y amigos. Pero no se tiene un número exacto
de aquellos autoevacuados que no han solicitado asistencia. La elaboración
de todas las comidas se realiza en el comedor de la ciudad de Canelones, la
que luego es distribuida por personal municipal de Santa Lucía.
Se destaca nuevamente, que una gran mayoría pernoctan en el techo de sus
viviendas para protegerse de los amigos de lo ajeno. A las sedes de Santa
Lucía y Wanderers, se trasladaron muebles de los damnificados.
Bomberos, policía, boteros y vecinos, conforman una comunidad para
prestar la ayuda inmediata cuando se tiene el agua a las puertas. Por suerte
también se obtiene la colaboración de la gente para donar ropa y calzado,
haciendo hincapié en niños y bebes.
Hay una observación crítica que realizar, mucha gente sale de espectadora
a mirar esa creciente que conlleva tristeza, pérdida y preocupación, sólo a
obstaculizar a quienes sí están ayudando a sus vecinos.
Este es un tema que no se termina cuando deja de llover, como siempre
ocurre las tarea de recuperar pertenencias, de limpieza y airear la casa, es
otra etapa que lleva mucho tiempo y esfuerzo.

Seguramente esta comunidad, como siempre, sabrá salir adelante por sí
misma, aun en tiempos difíciles, aun en tiempo de políticas partidarias y
mezquindades. Nuevamente deberemos saber ponernos en el lugar del otro
y saber valorar la verdadera solidaridad.
Y.S.

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