«UNA MIRADA» POR OLGA LÓPEZ

El pasado miércoles 14 de febrero de 2018. Semanario EL PUEBLO, a través de «Una Mirada» visitó la chacra ubicada en Cont. Brasil «Quinta de Naranjos» de Santa Lucía. En entrevista con el productor apícola Sr. Hugo Battiste Rabela. Habló sobre sus comienzos en la Apicultura de cómo se cuidan a las abejas en apicultura ecológica. Indicó que el clima no ha resultado favorable para los intereses apícolas durante el último período, por lo tanto, las expectativas de buenas cosechas son muy bajas este año ya influyeron de modo negativo en la productividad de las colmenas. Por otro lado, la cantidad y la calidad de la miel producida guardan relación directa con la riqueza del polen que obtienen las abejas obreras en las floraciones de flores en plantas silvestres, cultivos agrícolas. La utilización de agrotóxicos y las variaciones del clima, siguen complicando la existencia de los productores apícolas uruguayos. A esa situación, se suma una caída en los precios de venta motivada por variables del mercado de la miel. El panorama no es muy alentador, pero esperamos que la situación se resuelva, expresó el productor apícola Sr. Hugo Battiste Rabela a quien agradecemos especialmente las notas gráficas que nos proporcionó, que tenemos el gran placer de ofrecer a los amables lectores.
¿Cómo fueron sus comienzos en la Apicultura? ¿Cuánto hace que es Apicultor, siempre se ha desempeñado en el oficio de la miel?
Yo comencé en el año 73 con la Apicultura, es una cosa que se puede empezar de a poco, vas agarrando enjambres y así fui creciendo y creciendo hasta llegar a las 500 colmenas. Trabajaba en un Juzgado de Paz en 25 de Agosto y me ofrecieron ser Juez de Paz de 25 de Agosto y rechacé porque iba a ganar más con las colmenas, en aquel entonces que siendo Juez. En ese momento el negocio iba muy bien y tuvimos épocas brillantes y épocas donde las hemos pasado muy mal como las estamos pasando en este momento. Ahora la Apicultura, la miel, no vale nada porque le hacen un examen de glifosato y todo el mundo tiene glifosato: Estados Unidos, Alemania, todos los países de Europa y asiáticos, pero a nosotros nos agarraron de punto y no nos compran la miel o si nos compran, la pagan poco. La estaban pagando tres dólares con sesenta. Ahora nos pagan un dólar con setenta o sea que apenas desquitas lo gastos que hay.
También, yo antes criaba reinas porque se vendían muchas y con eso salvaba los gastos de producción y me quedaba toda la miel libre. Pero en este momento no se puede vender ninguna reina porque nadie compra, el negocio no funciona. Había 750 familias que vivían de esto y en estos momentos quedan unas 350, porque seguro la gente ha ido abandonando y más los apicultores chicos, pero hay que seguir aguantando a ver si la cosa cambia. Hay apicultores que el año pasado no pudieron vender la miel y yo como hace más de 40 años que le vendo a la misma empresa, me la compraron y me la terminaron de pagar el mes pasado, recién. El año pasado fue un buen precio, a dos dólares, diez me la compraron. Pero este año me ofrecen unos setenta y tengo que mandarles las muestras de cada tanque porque le van a hacer análisis de glifosato que sale ciento cincuenta dólares el análisis. Y si tiene menos de 0,50, te la llegan a pagar a dos dólares y si no, uno setenta.
Mieles claras no hay, porque en este momento hay poca pradera, caminas por la pradera y no levantas ninguna abeja porque están acostumbrados a los pesticidas y cada vez echan más pesticidas. Antes eran sólo las sojas, ahora los tamberos también y el negocio funciona poco. Este año hubo una sola cosecha por la seca. La primera cosecha que se hace los últimos días de diciembre y los primeros días de enero, se perdió. Yo saqué unos seis mil setecientos kilos y finalmente una cosecha promedia media, anda entre quince mil kilos, generalmente Yo he sacado hasta veinte mil kilos, pero claro, eran otros tiempos. Había más colmenas. Ahora te matan por los productos tóxicos que echan, por año no menos doscientas colmenas y tienes que reponerlas. Se puede observar el estado del arroyo de La Virgen, donde yo tengo muchas colmenas. Antes se pescaba mucho en ese arroyo y ahora el agua esta turbia y negra. Tú ponés un pedazo de pan y no hay mojarra, ni nada saludable. Además, han cortado la franja de monte contra el arroyo y que eso hacía que las raíces de esos árboles absorbieran todo y hacían limpieza, pero eso se acabó, no queda nada.
¿La Apicultura es una ardua labor artesanal e ingenio, es un arte, no? ¿Cómo se cuidan a las abejas en apicultura ecológica?
Sí, es un trabajo artesanal. Si comprar cajones, pisos, y techos, demoras dos años en desquitarlos, pero yo compré la madera verde cepilladla y la dejo secar y después hago todo: los cuadros, los pisos, los techos, en fin, todo yo. Además, ahora hay que gastar mucho en remedios, yo gasto alrededor de mil dólares por año en remedios porque entró una peste que si no las curas, se mueren, y bueno, no queda otra que gastar ese dinero porque si no, las pierdes. La verdad que la colmena lleva mucho cuidado. Hay que dejarle mucha miel para que pasen el invierno, no sacársela toda porque si no se mueren de hambre. Este año en invierno hizo calor y las colmenas, generalmente, la miel que dejas en setiembre la convierten en cría. Entonces, eso es una inversión, te produce más, pero este año las abejas generalmente en el invierno tienen muy poquita cría y hacen una bola todas apretaditas y no salen prácticamente de la colmena, no se desgastan. Este año las colmenas mantuvieron durante cuatro cuadros de cría y se gastaron toda la miel en nada y después vino la seca y hubo que alimentarlas. Yo compré el azúcar porque si no se morían y tuve que comprar mucha azúcar y darles para que no se murieran. La verdad, que es un trabajo que no es para cualquiera. Además, es más para gente joven. Yo ya estoy bastante veterano pero tengo gente joven que van por mí, yo voy dos veces al año. La primera vez para enseñarles lo que hay que hacer, repartir los cuadros y las colmenas que queden todos iguales con la misma cría, emparejarlas y ponerles lo necesario para sacar miel y eso no es para cualquiera. Además, mucha gente dice que: «Sí, vos vivís de las abejas», pero yo los llevo, les pongo el equipo y les doy una silla y les pongo guantes de goma, botas de goma, mameluco y careta y que quede sentado allí nomas, a ver cuánto aguanta. No es fácil, no es un trabajo para cualquiera, se pasa mucho calor. Yo cuando agarro un empleado, siempre al principio se ponen buzo y cosas abajo, pero terminan sacándoselos. Es preferible la picadura de abeja a pasar calor, toda la vida, no. Yo durante muchos años crie muchas reinas, llegué hasta dos mil reinas, pero ahora ya no hay mercado. Este negocio se vino a pique y yo crio sólo para mí, ya nadie invierte. Hace dos años una colmena valía ciento cincuenta dólares, ahora es mercado libre y hay ofertas de colmenas a cuarenta dólares y nunca se venden, seguro el negocio no funciona. Esperemos que en algún momento se destranque. Estados Unidos, que era el que compraba en esta época, le compra a los chinos, aunque la miel china no es pura. Ellos tienen una fábrica de miel, donde producen más de cien millones de toneladas de miel, que las exportan y compran cinco millones de toneladas para consumir ellos. Seguro, todos buscan el precio pero esa miel no está analizada, ni nada, pero tienen un convenio con el laboratorio de los chinos, que le pagan para que salga bien el resultado de la miel y así pueden entrar a todos los mercados. Esa miel realmente no es miel, es un poquito de miel con jarabe. Aquí realmente es muy difícil encontrar miel pura. Inclusive los envasadores de acá la estiran con fructosa. Aquí solo en Santa Lucia, la miel pura es la de la familia Villalba y la que vendo yo en casa, que vendo setecientos mil kilos por año. Pero miel en menos de ciento ochenta pesos, eso no puede ser miel, nunca en la vida, no, porque ya se sabe que la miel se tiene que ofertar arriba de los doscientos pesos el kilo porque a todo se suma, el costo del bollón, el costo de la etiqueta, el costo del envasado y también pagar Bromatología. Todo eso aumenta mucho el costo. De repente, ves miel a ciento ochenta pesos y ya sabes que eso no puede ser miel.
Nosotros, en realidad, trabajamos a nivel socios, es decir, yo a los empleados los puse de socios y yo compro todo: la madera, el gasoil, pongo la camioneta, pongo las herramientas y ellos trabajan en realidad, unos noventa días al año y van cada uno el quince por ciento del total de la miel que se saca. Por otro lado, en cosecha hay que contratar a gente joven que pueda y que soporte el calor. No siempre van los mismos porque algunos después le tienen miedo al calor, le tienen miedo a las abejas, pero a veces embocas a uno que va cuatro o cinco días seguido. Ahora, hay que hacer un traslado de colmenas, que se hace de noche, con las colmenas abiertas. Se les echa agua para que no se aficien y esas colmenas se van a repartir entre los diecisiete predios que tengo en el campo: Son núcleos y enjambres de este año que quedaron acá, porque como estaba muy seco hubo que alimentar con azúcar para que no se murieran Parten para un campo en Independencia y las demás para varios campos en Cardal para reponer en los apiarios donde se murieron varias colmenas. Y después se verá, si llega a llover de vuelta o se puede sacar algún kilo más, se sacará y si no, se les dejará para ellas. Es muy difícil porque está muy seco, no llueve y hay pocas flores. De todas maneras, en realidad, esperamos por lo menos sacar dos mil kilos más para redondear, pero siempre todo dependemos de la Naturaleza.

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