Se bien se advierten algunas señales positivas ante el sentimiento de la gente que espera otras condiciones para seguir produciendo con sustentabilidad, los productores rurales que convocaron a la concentración en la Sociedad Rural Santa Bernardina de Durazno, mantendrán la vigilia organizada para el 31 de enero y 1 de febrero.
Seguramente esta semana se conocerá avances en los planteos realizados por los productores autoconvocados. Hay intendencias que se comunicaron con sus equipos de trabajo para hacer algunas evaluaciones.
Para conocer desde la interna esta problemática, conversamos con el prestador se servicios del sector Diego Machin, uno de los delegados de los productores de Florida.
Machin también estuvo en la organización del movimiento que redactó la proclama en la concentración del 23 de enero en Durazno, pero además continúa trabajando de la forma en que se continuará dialogado, pero también actuando.
Los productores denominados autoconvocados en Paysandú y Río Negro, comenzaron la movida a través de las redes sociales, la que obtuvo gran y rápida expansión en todo el país
El pasado 26 de enero, autoconvocados entregaron la proclama del martes 23 al Presidente Tabaré Vázquez. El lunes 29, luego de más de dos años de no hacerlo personalmente, recibió a las gremiales rurales, luego de lo que se esperan nuevas medidas.
Machín quiere dejar claro ante la opinión pública que el movimiento agropecuario de los autoconvocados es totalmente apolítico partidario. Relativizó el número exacto de gente que se concentraron, mucho más de 5.000 y menos de 70.000, porque el cometido era poder despertar la conciencia del gobierno buscando instancias de diálogo para lograr efectivamente un país productivo. Resaltó que el mensaje fue para todo el sistema político sin distinción, y para las intendencias, ya que algunas abusan en cargos de confianza y en la creación de alcaldías.
Tanto la proclama como el pedido de conciencia del gobierno para una producción sustentable, han superado las gremiales agropecuarias involucra a los prestadores de servicio, comerciantes, trabajadores y jubilados de todo el país incluso Montevideo. Lo que piden los autoconvocados es el bien para toda la sociedad, enfatizando en bajar el costo del Estado, el precio de los combustible y la energía eléctrica. Otro de los grandes puntos es el precio del dólar, que tendría que ser más equilibrado. Habría que buscar el camino del medio, porque si el dólar sube 8 o 10 pesos, gran parte de la población que está endeudada se va a perjudicar, pero con el precio que tiene hoy el Uruguay productivo no es viable. Si precio del dólar se aumentara a largo plazo, nuestros productos podrán ser mejor vendidos y esto significa todo una cadena de mejora para el país, afirma Machín. Comparando precios en toda la región, es notoria la pérdida de competitividad al vender productos caros por tener la energía, los combustibles más caros, mayor carga impositiva, leyes sociales muy caras y un dólar muy barato. Cuando se vende cualquier producto uruguayo, sea del agro, industrial o así mismo un software, al convertirlo a peso para pagar los costos se pierde plata, aseguró.
Más allá de rentabilidad, lo que se quiere es generar condiciones amigables para seguir trabajando y viviendo en Uruguay, sobre todo en el interior, que el trabajo deje cubrir los costos y deje algo de incentivo. Los productores comparan el recibimiento que se hace a las multinacionales, que se les da las condiciones de una zona franca, vendiéndole energía barata, frente a lo que tiene que pagar el productor nacional.
Machín reafirma lo oportuno del consultor y agrónomo Eduardo Blasina, quien habló objetivamente de las cosas que se vienen haciendo bien como la trazabilidad, el plan de uso del suelo, de plantearse convivir con el medio ambiente, aseveró.
Estas fueron esas 10 mochilas:
«La primera es la mochila dólar barato, en caída. Quiere decir que el valor de lo exportado cada vez es menos.
La combinación de un dólar que baja y una inflación relativamente alta se genera un daño.
La mochila de la energía. Uruguay es admirado en el mundo por la reconversión energética que ha hecho. ¿Cómo puede ser que nada de esa revolución le llegue al consumidor y se use el monopolio de la energía para recaudar?
Una quinta mochila es la de caminos y carreteras. Cuando los extranjeros me dicen ‘qué buenas carreteras tiene Uruguay’, les digo que es sólo una parte de la historia. Les digo que es un acto de inequidad. Imaginen lo que es tener un problema de salud y demorar horas en llegar a un hospital porque en los caminos no se puede circular a más de 40 km/h.
Los salarios son una mochila que los empresarios tratamos de cargar con alegría, no hay nada mejor que nos vaya bien y podamos pagar bien a nuestros empleados. El empleo está estable porque suben empleados públicos y bajan los empleados privados. Esa es una tendencia muy peligrosa.
Hay una séptima mochila para muchos productores que es el precio de la tierra. Está bajando el precio de la tierra, se está desvalorizando Uruguay.
La mochila de la deuda es la más terrible. Es necesario atenderlo antes de que crezca, el país ya vio a dónde lleva esto. No se soluciona con fondos y más fondos, se soluciona con condiciones para producir sin generar más deuda.
Queremos que le den al canciller la potestad de hacer los acuerdos de libre comercio que quiere hacer.
La décima mochila es la de los prejuicios.
Destaca una vez más que el Uruguay tiene que verse por todo los ciudadanos como uno solo, pero que lamentablemente no es así.
Personalmente conoce esta realidad al haber trabajado en Montevideo y conoce cómo obran la mayoría de la gente y los sindicatos, señaló. Son dos realidades distintas y es claro que no se tiene conciencia de lo que es el agro y su importancia a nivel país, donde el 80 u 85% del PBI lo genera el agro. Especifica que está comprobado que cuando el agro entra en crisis, demora 6 meses a un año en llegar a la ciudad y que el comercio lo sienta como ocurre hoy. Cuando el agro se recupera, pasa ese mismo tiempo para que llegue la efervescencia del consumo en la gente.
Estaría bueno que los montevideanos hicieran pasantías en los tambos, en las quintas y vivieran codo a codo con los dueños como con los empleados esas jornadas de trabajo y que también sintieran ese mismo desánimo. Hay una realidad muy distinta a las 6 o 8 horas de horario, además en el campo no sólo se trabaja, se tiene que estar permanentemente cuidando de su capital, que es con lo que se vive. Se tiene que invertir mucho dinero para no perder en competitividad. Cuando por ejemplo el BROU presta dinero es para mejoramiento de la infraestructura. Pero al tener costo tan alto no se vende, además de estar inmersos en un escenario difícil que el mundo está viviendo.
Después del agro, el turismo genera divisas, pero además de ser muy zafral a los turistas también se les devuelve el IVA.
Cuando se generaron 12 o 15 años de crecimiento, no se previó, se abrió demasiado la canilla y se aumentó el gasto público. Los productores reafirman que no se trata de sacar los planes sociales o desatender familias carenciadas como se argumenta por ahí, sino que contrariamente, que se continuara atendiendo políticas sociales, de educación y salud.
Cumplidos los ciclos de la economía, se sabe que iban a llegar los períodos críticos. Conaprole, por ejemplo, cuando subieron los precios de los lácteos a nivel internacional creó un fondo anticíclico , que permitió no caer estrepitosamente en la depresión del año 2016, señaló Machín.
Se tiene que buscar un equilibrio y que sean las cosas más justas para todos, pero existe optimismo en que se vaya logrando un mayor nivel de conciencia del gobierno, ya que lo peor que puede pasar es que se siga agrandando, tanto la crisis que viene golpeando muy fuerte como la división que existe en el país. De no ser así, se plantearían nuevas medidas de lucha para poder ser más competitivos y sustentables, agrega finalmente Machin.

Y.S.
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